Atributos asociados a la Cultura Corporativa

Dentro del documento de Identidad Corporativa, hallamos un grupo de atributos asociados a la cultura corporativa, los cuales se refieren justamente, a todos esos aspectos sobre los que el proyecto empresarial no ofrece apenas información útil, que tienen que ver con las formas del pensamiento organizativo, con su ideología corporativa, sus valores , las creencias y los supuestos básicos subyacentes que explican una buena parte de algunos comportamientos de la organización que no serían explicables, o no lo sería correctamente, si no se conociera el contenido de todos los hechos que configuran la cultura corporativa.

- Los comportamientos explícitos constituyen el nivel más visible y también el más cambiante de la cultura de una organización. Son todas esas manifestaciones que expresan una forma de ser colectiva, más allá de la voluntad misma de que sean comunicadas; muy al contrario, la mayor parte de esas manifestaciones o comportamientos explícitos son hechos observables pero sin voluntad comunicativa alguna. Son cosas como: Entorno físico/Lenguaje/ Conducta no verbal/ Imagen personal… o que por ejemplo un departamento desayune siempre en la oficina.

- Los valores compartidos son un conjunto de creencias, conscientes pero no siempre identificadas, que se han convertido en principios de comportamiento dentro de la organización, que son transmitidas a los nuevos miembros y que constituyen una suerte de ideología corporativa. No tienen por qué coincidir con los valores asumidos. Los valores compartidos tienen muy distintas expresiones: “los resultados es lo que cuenta”/”el poder está para ejercer”/”en el sueldo nos engañaran pero en el trabajo no”...

- Las presunciones básicas son creencias no confrontables e indiscutibles que orientan la conducta y enseñan a los miembros de la organización la manera de pensar y percibir la realidad, aunque no tiene una manifestación expresa sino que son invisibles y preconscientes, es decir, inconscientes con un sentido emocional. Un ejemplo puede ser el valor simbólico del espacio en la empresa (a mayor superficie del despacho, mayor poder de su inquilino) o condiciones profundas, actitudes e incluso creencias religiosas. Son las que realmente explican el comportamiento corporativo, tanto en el plano funcional como en el más implícito de las actitudes, las ideas o los comportamientos inconscientes y su conocimiento resulta imprescindible para cambiar la cultura o ajustarla a las necesidades actuales de la empresa.