La importancia de la marca.
- Amparo Navarro
- 26 nov 2015
- 2 Min. de lectura
“Una marca es una promesa de un beneficio para el cliente” es decir, una palabra que el cliente identifica con un beneficio concreto, con una cualidad o una experiencia que le reporta indirectamente algo positivo. Toda empresa o negocio, por pequeño que sea puede, más bien debe, tener una marca. El nombre de una ciudad es una marca, el nombre de un producto, futbolista, político, el nombre de cualquier empresa...

Las batallas entre las marcas se libran en la mente del cliente porque es allí donde el consumidor toma las decisiones. Nuestra marca debe significar algo diferente a la competencia en la mente de sus clientes potenciales porque sólo así nos diferenciaremos y tendremos más posibilidades de ser elegidos en primer lugar.
Pero ¿cómo construimos una marca? Al proceso por el cual construimos una marca se le llama “branding”, y dado que una marca debe significar algo concreto en la mente del cliente potencial que nos diferencie de los competidores, está claro que la marca se crea a partir de una buena estrategia de comunicación externa e interna pues todos son transmisores de su marca. El consumidor crea la marca a partir de la información de muchas fuentes como el precio, distribución, publicidad, personal de ventas, servicios postventa, vallas, ferias, etc.
Las marcas permiten a los clientes organizar mejor su experiencia de compra ayudándolos a buscar y encontrar cierto producto dentro de una amplia y desconectada gama de opciones. Las marcas además comunican la calidad intrínseca del producto o servicio porque representa una promesa de una empresa específica y sirve como un tipo de certificación de calidad. Por último, las marcas hacen uso de características como imágenes distintivas, lenguaje, tipografía, colores y otros que permiten crear asociaciones para que los clientes se identifiquen con la marca.
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