El nuevo trabajador 2.0
- Amparo Navarro
- 30 oct 2015
- 3 Min. de lectura
El pasado viernes 23, recibimos la visita de Italo Pizzolante en la UJI, de su mano conocimos como es el futuro empresarial. Entendimos como son los nuevos ítems que siguen trabajadores y empresas. Uno de los aspectos que más llamó mi atención fue el nuevo concepto de trabajador, el trabajador 2.0 y es en esto en lo que centraré mi nuevo post.

El empleado 2.0 es el que trabaja en empresas 2.0, mucho más modernas e innovadoras que las tradicionales. Tiene rasgos parecidos a lo que conocemos como cliente 2.0, es lo que se conoce como prosumidor, un consumidor exigente, que sopesa y compara antes de realizar cualquier compra o adherirse a cualquier marca, en este caso, empresa u organización. Así este tipo de trabajador busca alinearse con una compañía que tenga los mismos valores, intereses y principios que él. Al igual que en su vida personal como consumidor de productos y servicios es muy exigente, también lo es con su empresa. Por ello, si esta no satisface sus necesidades o expectativas profesionales, no dudará en irse a otro sitio y, más aún, en dar su opinión de la compañía ante otros profesionales del sector, ya sea off u on-line.
Por otro lado, es un amante de la tecnología y los medios digitales, como blogs y redes sociales, por lo que esperará encontrarse en el centro de trabajo los mismos o parecidos dispositivos y herramientas que utiliza en su vida personal, en este caso aplicadas a la productividad o la comunicación interna. Valora la comunicación directa y transparente, ágil y rápida. Así que, si está trabajando en una compañía de gran rigidez jerárquica, donde poca información se comparte con los empleados y los procesos internos son lentos, no se sentirá gratificado.
El empleado 2.0 es proactivo, productivo, un gran colaborador y trabajador en equipo. Si esto se da, será un genial embajador de la marca. Además, se caracteriza también por ser infiel y un activo difícil de retener en la empresa, por lo que si no se encuentra el ambiente o clima laboral al que aspira, se irá en muy poco tiempo.
En lo referente a espacios de trabajo y flexibilidad laboral, este profesional abraza la movilidad, la posibilidad de trabajar con más o menos frecuencia desde fuera de la oficina (la tecnología así lo permite ya), los espacios abiertos y diáfanos (open offices) y la posibilidad de conciliar trabajo con familia y amigos.
A los más jóvenes, los que no llegan a los treinta años, se les conoce ya como la generación de los millennials, y aunque la mayoría de estos ya saltan al mercado laboral como trabajadores 2.0, los hay algo más mayores que también se adscriben a esta categoría nueva y poderosa. Este tipo de empleados no quieren ser subordinados, meras hormiguitas atrapadas detrás de un ordenador, sino más bien independientes, autónomos, creativos y con iniciativa. Y sobre todo, que su voz se escuche y sus aportaciones y esfuerzos sean valorados por la empresa.
Todavía, a menudo se encuentran una enorme barrera en este aspecto y un choque entre sus conductas y actitudes personales y lo que les permiten los entornos de trabajo. No obstante, esto está cambiando y, pese a los retazos de la crisis, muchos empresarios se están dando cuenta de que este tipo de empleados cada vez abunda más y ese nuevo talento que se pretende retener tiene estas características.
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